Lunes 11 de febrero de 2008
Las sociedades contemporáneas cuentan con distintos instrumentos para fortalecer sus identidades, reconocer sus diferencias y defenderlas, generar nuevas formas de educar y de formar capacidades cívicas y ciudadanas y llegar a auditorios masivos y difundir información de utilidad pública.
Uno de los más poderosos y efectivos instrumentos comunicacionales e informativos es la radio. Hay ejemplos históricos sobre cómo ha sido un elemento de cohesión y generador de confianza y unidad frente a problemas de gran envergadura: así, en la Segunda Guerra Mundial, cuando los gobiernos de los países aliados utilizaron a la radio para difundir mensajes de esperanza y también informar de la recuperación de espacios seguros destinados a las personas; o bien la difusión masiva de la llegada del hombre a la Luna y su mensaje para la humanidad, el cual fue conocido en la mayoría de los casos a través de la radio.
La aparición de la televisión y otros medios electrónicos no ha restado ni eficacia ni presencia a la radio y, por ello, es preciso que hoy las empresas radiofónicas puedan contribuir a construir mayores capacidades ciudadanas para la cohesión social, la solidaridad, la cooperación y, sobre todo, la construcción de un diálogo nacional que, en las circunstancias de pobreza y desigualdad que vivimos, es urgente para mejorar nuestras condiciones de vida.
La formación de verdaderas escuelas y formas de hacer radio en México ha derivado diversas veces en la formación de redes ciudadanas que permiten resolver o aligerar algunos de los problemas de nuestra vida cotidiana. Así, el surgimiento de nuevos grupos radiofónicos y la consolidación de otros es importante en aras de generar más pluralidad y una mayor apertura de oportunidades de información de calidad y con facilidades para todas las personas.
La reciente creación de Grupo Imagen, por ejemplo, ha abierto el abanico de posibilidades en el espectro radiofónico y, la decisión de apoyar proyectos como el “México social”, de todos los martes en el espacio de Pedro Ferriz de Con en el 90.5 del FM, ha generado una nueva oportunidad para debatir en torno a la que es quizá la mayor agenda pendiente que tenemos en nuestro país: la de la pobreza, la desigualdad y el desgaste y la fractura que estos problemas constituyen para lo social en México.
En efecto, la apertura mostrada por Grupo Imagen con el fin de tratar y de posicionar éste y otros temas, por ejemplo, las agendas de la migración y crímenes y fenómenos tan graves como la trata de personas, nos habla de un México en el que la radio aún tiene mucho que aportar y sigue siendo el principal espacio de debate y de posicionamiento de agendas y temas sociales de principal relevancia para nuestro país.
Destaca también, en esa lógica, el esfuerzo anunciado esta semana, mediante el cual se creará la Fundación ACIR, cuyos propósitos básicos son contribuir, a base de un esfuerzo radiofónico sin precedentes, al fortalecimiento de la educación y de los valores nacionales, el apoyo a proyectos sustentables de la sociedad civil, así como el rescate del patrimonio histórico y cultural de México.
La radio, al igual que otros medios masivos de comunicación, es un espacio que puede y debe fortalecer sus capacidades para encontrar coincidencias y oportunidades con miras a la unidad nacional, para cumplir con la función pedagógica que le marca la ley y continuar defendiendo la libertad de expresión, la consolidación del pluralismo y, sin duda, la generación de una sociedad cada vez más democrática y abierta.
Debemos asumir que sólo en un régimen de plena democracia es como podremos reducir la desigualdad y la pobreza. Que en esa lógica la ciudadanía requiere mayores y mejores espacios para dialogar en civilidad y tolerancia y que, sobre todo, urge fortalecer efectivamente nuestra identidad nacional, nuestros valores democráticos y nuestra historia, para poder generar una mejor perspectiva de futuro y, en todo ello, la radio juega un papel imprescindible que debe alentarse y debe ser defendido en todo momento.
Las sociedades contemporáneas cuentan con distintos instrumentos para fortalecer sus identidades, reconocer sus diferencias y defenderlas, generar nuevas formas de educar y de formar capacidades cívicas y ciudadanas y llegar a auditorios masivos y difundir información de utilidad pública.
Uno de los más poderosos y efectivos instrumentos comunicacionales e informativos es la radio. Hay ejemplos históricos sobre cómo ha sido un elemento de cohesión y generador de confianza y unidad frente a problemas de gran envergadura: así, en la Segunda Guerra Mundial, cuando los gobiernos de los países aliados utilizaron a la radio para difundir mensajes de esperanza y también informar de la recuperación de espacios seguros destinados a las personas; o bien la difusión masiva de la llegada del hombre a la Luna y su mensaje para la humanidad, el cual fue conocido en la mayoría de los casos a través de la radio.
La aparición de la televisión y otros medios electrónicos no ha restado ni eficacia ni presencia a la radio y, por ello, es preciso que hoy las empresas radiofónicas puedan contribuir a construir mayores capacidades ciudadanas para la cohesión social, la solidaridad, la cooperación y, sobre todo, la construcción de un diálogo nacional que, en las circunstancias de pobreza y desigualdad que vivimos, es urgente para mejorar nuestras condiciones de vida.
La formación de verdaderas escuelas y formas de hacer radio en México ha derivado diversas veces en la formación de redes ciudadanas que permiten resolver o aligerar algunos de los problemas de nuestra vida cotidiana. Así, el surgimiento de nuevos grupos radiofónicos y la consolidación de otros es importante en aras de generar más pluralidad y una mayor apertura de oportunidades de información de calidad y con facilidades para todas las personas.
La reciente creación de Grupo Imagen, por ejemplo, ha abierto el abanico de posibilidades en el espectro radiofónico y, la decisión de apoyar proyectos como el “México social”, de todos los martes en el espacio de Pedro Ferriz de Con en el 90.5 del FM, ha generado una nueva oportunidad para debatir en torno a la que es quizá la mayor agenda pendiente que tenemos en nuestro país: la de la pobreza, la desigualdad y el desgaste y la fractura que estos problemas constituyen para lo social en México.
En efecto, la apertura mostrada por Grupo Imagen con el fin de tratar y de posicionar éste y otros temas, por ejemplo, las agendas de la migración y crímenes y fenómenos tan graves como la trata de personas, nos habla de un México en el que la radio aún tiene mucho que aportar y sigue siendo el principal espacio de debate y de posicionamiento de agendas y temas sociales de principal relevancia para nuestro país.
Destaca también, en esa lógica, el esfuerzo anunciado esta semana, mediante el cual se creará la Fundación ACIR, cuyos propósitos básicos son contribuir, a base de un esfuerzo radiofónico sin precedentes, al fortalecimiento de la educación y de los valores nacionales, el apoyo a proyectos sustentables de la sociedad civil, así como el rescate del patrimonio histórico y cultural de México.
La radio, al igual que otros medios masivos de comunicación, es un espacio que puede y debe fortalecer sus capacidades para encontrar coincidencias y oportunidades con miras a la unidad nacional, para cumplir con la función pedagógica que le marca la ley y continuar defendiendo la libertad de expresión, la consolidación del pluralismo y, sin duda, la generación de una sociedad cada vez más democrática y abierta.
Debemos asumir que sólo en un régimen de plena democracia es como podremos reducir la desigualdad y la pobreza. Que en esa lógica la ciudadanía requiere mayores y mejores espacios para dialogar en civilidad y tolerancia y que, sobre todo, urge fortalecer efectivamente nuestra identidad nacional, nuestros valores democráticos y nuestra historia, para poder generar una mejor perspectiva de futuro y, en todo ello, la radio juega un papel imprescindible que debe alentarse y debe ser defendido en todo momento.
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