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lunes, 14 de octubre de 2013

Evitar una crisis sanitaria



El desastre generado por el paso de los meteoros Manuel e Ingrid, revela las consecuencias del modelo de desarrollo que hemos asumido, el cual se caracteriza por la constante depredación al medio ambiente; por una tolerancia generalizada ante la desigualdad, así como por una cultura de incumplimiento del orden jurídico vigente.
Uno de los temas más preocupantes que estamos enfrentando en esta materia, es el relativo al brote de cólera que se ha registrado en el estado de Hidalgo, pero que amenaza con expandirse hacia los estados vecinos y todavía peor, a las zonas en las que el desastre social se vive con tintes más dramáticos, como en el caso del estado de Guerrero.
Los diagnósticos de los expertos alertan en torno a la escasa preparación que existe a nivel estatal, y todavía menos en los municipios, ante la posibilidad de que se incremente el número de contagios, sobre todo ante la evidencia de las desigualdades que existen en lo que a capacidad de prevención e intervención se refiere, manifestándose con mayor agudeza en las localidades más pequeñas y por supuesto, en las más aisladas.
De acuerdo con el Boletín Epidemiología, elaborado por la Dirección General de Epidemiología de la Secretaría de Salud, a la semana 39 de este 2013, se habían confirmado 46 casos de cólera; lo preocupante del dato se encuentra en el hecho de que en 2012 sólo se habían registrado únicamente dos casos en todo el año; mientras que en este 2013, sólo en la semana que se notifica, se presentaron 36 casos.
Es importante decir que el fin de semana, de acuerdo con información de Notimex, en el estado de Hidalgo se habían confirmado 145 casos; es decir, en una sola semana, el número de personas infectadas por cólera habría crecido en más de 100%, además de que se registró el primer deceso en el año por esta enfermedad.
Esta evidencia debería obligar a la autoridad a tomar medidas dirigidas, en primer término, al establecimiento de una estrategia de contención para evitar que los virus y bacterias se propaguen hacia zonas de mayor vulnerabilidad, y en segundo término, a diseñar una intensa campaña informativa sobre cómo prevenir la diseminación de las enfermedades.
Adicionalmente, debe considerarse que sólo en la medida en que la población cuente con información sobre la magnitud de los riesgos que se enfrentan, podrá generar acciones inmediatas de prevención de las enfermedades que se propagan a través de vectores, o de cuerpos de agua y ríos.
Hasta ahora, los casos confirmados se encuentran también en Veracruz y el Estado de México; pero nada garantiza que la enfermedad ya se haya propagado hacia otras regiones. En esa lógica es pertinente señalar que los expertos advierten que una de cada 20 personas que se contagian de cólera, desarrollan cuadros graves y hasta mortales.
Hasta ahora se ha informado que no hay brotes epidémicos en las zonas afectadas por Manuel e Ingrid. Frente a ello, la federación tiene hoy más que nunca el reto de garantizar que las cosas no se saldrán de control, y que sobre todo, habrá la conducción institucional necesaria para garantizar que la población se encuentra segura ante las amenazas de las enfermedades, asociadas siempre a la pobreza, que vienen como secuela de tragedias como las que estamos enfrentando.
                *Director del CEIDAS, A.C.

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